Se puede, pero hay músicas más adecuadas que otras. En el caso de una canción con letra, un factor a tener en cuenta es el ritmo. Muchas veces, un cantante solista canta con mucha libertad rítmica, haciendo variaciones según el momento. A la hora de trasladar esto a un coro, el resultado puede ser demasiado complejo, o por el contrario, demasiado ortopédico.
En cuanto a la música instrumental, la dificultad reside en que el virtuosismo instrumental puede ser complicado de traducir a un lenguaje vocal.
Otra opción de arreglo puede ser adaptar una pieza coral para otra agrupación. Por ejemplo, arreglar una pieza de coro mixto para coro de voces blancas. En este caso, la dificultad estará en encontrar la tesitura más adecuada para esta nueva disposición.
En definitiva, hay arreglos que pueden resultar difíciles de cantar porque la obra original no era idónea para ser arreglada, sin embargo, para casi todo se pueden encontrar soluciones ingeniosas que hagan que el arreglo funcione.